
El pasaporte colombiano ya no es necesario
Bogotá - 2045
Mariana Gil, consultora de movilidad global, asistía a una conferencia en la que se discutía el futuro de la ciudadanía. En 2045, el concepto de nacionalidad estaba en crisis. Con el auge del "pasaporte global", los profesionales ya no necesitaban atarse a un solo país.
Grandes corporaciones tecnológicas con sedes en países que promovían el pasaporte global ofrecían contratos de movilidad en lugar de visas, garantizando acceso a vivienda, salud y educación en cualquier país. Sin embargo, no todos los gobiernos estaban dispuestos a ceder el control sobre su población y por tanto a acogerse al Pasaporte Global. Colombia, en particular, implementó una medida drástica: revocar la ciudadanía de cualquier colombiano que optara por el Pasaporte global.
Cuando Mariana intentó ayudar a un grupo de colombianos a unirse al programa de Pasaporte Global, el gobierno canceló sus registros civiles. Sin documentos nacionales, a estas personas se les removieron los derechos y posibles beneficios en Colombia y quedaron dependiendo de su contrato de movilidad, que podía (o no) ser renovado. En caso negativo, las personas quedarían en un limbo legal, sin nacionalidad.
El debate sobre la movilidad global alcanzó un punto crítico. ¿Debe la ciudadanía seguir siendo una cuestión de nacimiento o un derecho adquirido? Mientras el mundo se transformaba, Colombia y otras naciones insistían en mantener su control territorial. Mariana observó la crisis con preocupación: el futuro de la migración pendía de un hilo entre la libertad y el control absoluto.